Un obsequio...

¿Que escogerías?

Este caballo sacado de un cuadro y escapar aguerridamente y cabalgar muy lejos...muy lejos... donde, desde esa distancia no se noten tus inquietudes, tus sobresaltos, tus grandes amores, tus necesidades, (que a estas alturas ya no conversas, ni con la almohada) Que las noten los demás, eso poco importa, lo importante es que ya no la notemos nosotros, porque a veces hasta eso se torna irremediablemente,...muy aburrido...

Es a esa distancia a la que quiero llevar al caballo.


Hasta mi respiración se hace mas trascendental, la reconozco, la imito, la retengo ...es mía...y no es el cansancio de correr , porque por esta vez el esfuerzo no ha sido mío, ha sido de este hermoso corcel que tuvo la entereza de llevarme sin desgano hasta el otro lado, hasta donde yo quería llegar...sin resoplidos si no con el desden que solo las grandes cabalgaduras pueden sostener...me dejo llevar y me dispongo a descansar suavemente sobre el pasto humedecido, por miles de tristezas que hoy acojo y hago mías, sobre ese dolor que aparto y sin remordimientos declaro anónimo...sin nombre , sin hechos... hoy se han convertido en un NN. El olvido y los sin imágenes son los bienvenidos en este viaje sin retorno, desde la oscuridad a la luz...no ha sido la gran escapada, pero esta tenue luz, logra instalarme en otro lugar...uno que tiene la particularidad de hacerme sentir íntegramente única....



Al fortalecerme de este impetuoso paseo, en esta cabalgadura tan digna de una gran ocasión...me reparto en miles de deseos, increíbles sensaciones de alegría e inquietud, de verme tan aliviada con el solo hecho de lograr apartarme de historias vividas y que jamás volverán a estar en mi...porque se marcharon, sin mas vida, que la vida que yo les daba. Se alegra mi corazón...porque se reconoce ser, se reconoce estar, y se disfruta única, sin más fantasmas, sin más recuerdos, sin más desencuentros...solo lo que yo sentiría, si lo requiero...

Es el regalo perfecto...es la magia de lo inesperado, es la facultad que tenemos todos de reconocernos irreemplazables... con solo la dimensión de quienes nos hacen suyos, no como si fuéramos pertenencia, si no como aquellos que cuando nos aman...nos envuelven en el grato aroma de una rosa, no en una cualquiera si no en aquella que tiene el color menos esperado y el aroma que solo se presiente con el corazón.
Un caballo...una rosa negra...un remanso.

Solo por hoy...solo dejarse llevar...ya no más escoger....