domingo, 22 de enero de 2012

Vulnerable, eso...

Estoy leyendo un libro que pedí en la biblioteca hace algunos días y me tiene secuestrada, es de todo mi gusto.
Me sorprendí, porque pensé que en la biblioteca de la ciudad, no habían libros de mi interés, creí que solo  habrían libros de estudios. Bueno lo importante es que he estado retomando algunas rutinas en este tiempo, y como soy socia de la biblioteca, he estado pidiendo algunos y leyendo bastante, Y entre los estantes me encontré con este, que esta muy entretenido, es  "LA ELEGANCIA DEL ERIZO" de  MURIEL BARBERY, me acorde de ti Sara, me da la impresión de que sería un libro de tu gusto, no se, me atrevo a sugerirlo para que lo incluyas en tus lecturas.
No estoy para nada triste, aunque quizás he dado la impresión en el post anterior. Me he sentido un poco solitaria, pero eso, es parte de mi personalidad y la playa es mi cómplice. Busco la playa, porque, el ambiente sereno del atardecer  me relaja, me impulsa.
 Me inspira.
Me siento distinta, tranquila, serena y estuve, no se como explicarlo,desencajada, cuestionada, no por otros sino por mi, y cuando eso me sucede me desestabilizo, pero ya paso, hoy me siento inspirada.

Creo, que me sucedio algo como esto, ojala se entienda. Leí  un libro de PABLO SIMONETTI, escritor chileno, el nombre del libro es "VIDAS VULNERABLES", y me encontré con estas lineas, se las anoto textual :
"Mi amiga Manuela frágil como siempre;y notoriamente perturbada, leyó una carta que le;habías enviado hace poco.Hablaba de los riesgos de mostrar el tesoro que guardamos dentro a la persona equivocada, de la profunda humillación;que nos corroe cuando una mano impura y codiciosa saquea nuestra intimidad y luego se marcha. Recuerdo que me pregunte si fuera posible que alguna vez hubieras vivido una;situación similar. No, era impensable, eras extremadamente cauteloso con tu vulnerabilidad. Serias siempre el maestro, nunca el pupilo. participabas en la vida de los;demás, con absoluta entrega, pero no dejabas que nadie entrara a la tuya. Con esa carta le enseñabas a tu amiga uno de tus principales axiomas; ser necesitado sin necesitar. Tu intimidad permanecía escondida con celo. No llegue a saber si era porque temías esa mano codiciosa o si dudabas que su brillo fuera suficiente para encantar al elegido"
Me gusto, me sentí interpretada, esta claro; no soy pupila...y eso a veces pasa la cuenta. 

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