jueves, 17 de septiembre de 2009

Se siente bien...


Nunca fue un impedimento vivir la vida a la velocidad de la luz, por lo menos hasta hace un año, desde ese tiempo me han sucedido situaciones inesperadas y estas han echo que la velocidad que llevaba mi vida fuera disminuyendo paulatinamente, freno que hoy agradezco infinitamente, pues me siento mucho mas serena.
Para variar todo esto tiene que ver con mi interior, con mi vivir día a día, con mis ilusiones, con mis propósitos, con soñar un sueño. Es que soñar es parte de mi vida, le pone la pisca de magia que necesito, para que mi pasar por este mundo tenga la locura que yo necesito para sentirme bien. Me complico, lo loco de esto que escribo es que quiero hablar de mi sentir hoy y para ello necesito hablar de como fue. Parece que bastaría con leer un poco el blog hacia atrás, pero no me es suficiente, leerlo me habla de instantes y no de un todo. Quisiera decir mas de como me siento y de como me hace bien, sentirme así, es como encontrar de un momento a otro todas las partes y encajarlas en el lugar apropiado,y eso lo he ganado viviendo el día a día sin ansias, sin egoísmos.
Ayer en una reunión, de una de las tantas cosas que dije, fue; que me siento en paz, y esa paz no ha sido fácil de adquirir, pues para ello he tenido que vivir un proceso, que me atrevería a decir ha sido fuerte, he tenido que sacudir de mi vida muchas fortalezas que no me permitían obtener
la paz de Dios. Siento hoy que no tengo ese conocimiento intelectual de su presencia, si no la certeza de que Dios sonó un sueño bonito conmigo y al parecer desde hace algún tiempo hemos sintonizado de tal forma que ese sueño, que era el de el, ahora es también el mio, así lo he entendido, ahora ese sueño lo soñamos juntos. Y todo ha encajado perfecto.
La velocidad no me dejaba ver el paisaje y tampoco a las personas, esa velocidad no me permitían sentirme segura y siempre me dejaba una sensacion de vació, ahora me quedo quieta y mi alrededor se mueve al ritmo que a cada uno le acomoda, puedo verlos sin necesidad de andar buscándolos, ahora tengo paraderos donde puedo descansar serenamente.
Mirar a Dios me hace bien, muy bien.

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